
“Que Pena”
…fue lo que pensé cuando una de mis amigas de la infancia y del colegio me comentó que no podían tener bebés de forma natural, que tendría que hacer tratamiento de reproducción asistida de alta complejidad (fertilización in vitro) para poder concebir.

Seguridad en medio de la incertidumbre
Creo que si algo es seguro en nuestra vida, en distintas temporadas, es que los tiempos cambian. Tal vez de forma progresiva, brusca, inesperada, pero cambian.
Estos tiempos provocan en mi de forma particular un alboroto interno; dudas, temor, ansiedad, intranquilidad, inseguridad y todos esos sentimientos que nos visitan mientras nos toque vivir de este lado del sol. Y aunque si son sentimientos “normales” del ser humano, en nosotros los creyentes, pueden venir de visita pero no debemos permitir su estadía permanente.

Apóyate en el Señor
Era uno de esos días.
El día anterior me había tocado resolver muchas situaciones, me sentía abrumada. Sumándole a lo anterior, tambien fue una de esas noches donde mi hijo no durmió bien, y por ende, yo tampoco. Al día siguiente me despierto confiando en que las nuevas misericordias harán que el día fuera diferente, y la verdad es que no fue mejor, fue mas desafiante, fue mas complejo, exploté.

¿En que me glorío?
Luego de leer el Salmo 34, específicamente el verso 2, esta fue una pregunta que saltó en mi mente. Tantas cosas me llegaron al pensamiento, ya que había leído ese salmo muchas veces anteriormente, pero como la palabra De Dios es viva y eficaz, nos habla de formas distintas en diferentes momentos, y es por ello que este verso saltó a mi vista.