Dios no tiene prisa

En esto he estado pensando, y la verdad es que estudiar el Antiguo Testamento en el instituto ha sido un refuerzo constante para mi desesperado corazón en recordar que, Dios no tiene prisa. En saber que, las promesas De Dios son verdad, pero esto no quiere decir que se cumplirán en mi tiempo, cuando yo crea conveniente o cuando yo quiera.

Una promesa

Para explicarte esto mejor, quisiera comenzar con la historia de Abraham. Ya conocemos como Dios llama a este hombre desde Ur de los caldeos a dejar todo lo conocido o natural y a irse hacia la tierra que Él le daría por posesión; luego de esto ocurren muchas cosas en el proceso, pero una de vital importancia es que el Señor le promete un heredero, leamos:

Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará este, sino un hijo tuyo será el que te heredará.
Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar.
Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
- Génesis 15:4-6

Pues tenemos constancia que Abraham le creyó al Señor, pero pasaron los años y no veían la promesa, y alguien al ver pasar los años comenzó a dudar de que esto fuera posible, al menos a través de ella y por ende, decidió darle una “ayudadita” a Dios. ¿Ya sabes de quien te hablo verdad? Si, de Sara.
10 años habían pasado desde recibir la promesa (Gen. 16:3) y en un intento desesperado, Sara le da a su sierva Agar a Abraham para que ella pueda concebir y darle el “heredero”; y pues Abraham hace caso a Sara y Agar, su sierva, queda embaraza de Ismael. Luego de esto se ‘arma el real lio’ (en buen dominicano) en casa de Abraham con Sara repudiando a Agar, puedes leer toda la historia en el capítulo 16 de Génesis.

Cuando la promesa toma más tiempo de lo esperado

El tiempo sigue pasando; Abraham y Sara envejeciendo, y pues ni su período menstrual ya la llegaba a Sara. Yo muchas veces me identifico con la incredulidad de Sara (el que este libre de pecado, que tire la primera piedra, jajaja), porque, ¿cómo es que después que ya no ves tu período vas a quedar embarazada? a mi me causa la misma gracia que le causo a ella. Pero es allí donde viene el Señor con Su Verdad en medio de nuestra incredulidad:

¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
- Génesis 18:14

El punto de esta historia, que quiero destacar aquí es que, al momento de Abraham recibir la promesa de un hijo tenia una edad aproximada de 75 años y cuando recibe a Isaac en sus brazos tenía 100 años. Pasaron aproximadamente 25 años para Abraham tocar con sus manos la promesa que el Señor le dio. Entonces, ¿qué podemos ver aquí? que Dios no tiene prisa, aunque a ti y a mi no nos guste tanto. Su voluntad es buena y Su tiempo perfecto, aunque nuestro engañoso corazón quiera decir lo contrario.

Una oración

Ahora vamos a la historia del hijo de la promesa, Isaac. Pues Isaac crece, puedes leer todo el desarrollo de su historia a partir de Génesis 21, y llegamos a Génesis 24, donde Abraham busca esposa para Isaac. Resumiéndote la historia, Abraham envía un siervo a su tierra de origen, este siervo encuentra a un pariente de Abraham, Dios le confirma por medio de señales y trae consigo a Rebeca; Isaac la ve y el resto es historia.

Cuando Isaac tomó a Rebeca por mujer tenia 40 años, y aquí es importante resaltar un detallito interesante, Rebeca al igual que Sara, también era estéril.

Detengámonos un momento. Estos son los momentos donde yo me siento con mi Biblia abierta a cuestionar y observar (con toda reverencia) el accionar De Dios. ¿En que sentido? En el hecho de que Dios le promete a Abraham hacer de el una gran nación y multiplicarlo como las estrellas en el cielo; y resulta que Sara es estéril, anciana y menopáusica. Y miren una cosa, nosotros sabemos el desenlace de la historia porque tenemos Su Palabra, tenemos la Biblia y sabemos lo que pasará, sabemos que recibirán lo que Dios promete. Pero por un momento yo me pongo en el lugar de ellos, que no tenían NI IDEA de lo que pasaría después, ellos no tenían la Biblia como nosotros. Estos personajes veían pasar los años y las condiciones de su vida volviéndose prácticamente imposibles para que una promesa de ese tipo se cumpliera, no me imagino la batalla campal con la incredulidad que debieron librar en sus mentes y corazones. Y ahí es donde te digo que más que juzgar a Sara, me identifico con ella.

Pero que bueno que Dios nos ha dejado Su Palabra para que podamos confiar en que Él es fiel a Su pacto. Él no tiene verdad, ES la verdad. Todo lo demas que quiere definirse como verdad debe sujetarse a lo que Él ha dicho y punto, si no, no es verdad.

Ahora si, continuemos con Isaac y Rebeca, leamos:

…y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.
- Génesis 25:20-21

Cuando la petición se dilata

Y nosotros creeríamos que cuando Isaac oró al Señor por Rebeca y Dios le escuchó y que ella concibió, pensaríamos que eso pasó en un chasquido de nuestros dedos. Pues no te daré spoilers, sigamos leyendo:

Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz. Génesis 25:26

Si, yo también mientras leia pausé y hubo un silencio sepulcral que duró unos 40 segundos. Si Dios no tuvo prisa con Abraham, tampoco la tendría con Isaac. Él cumple Su promesa sin depender de un reloj, sin depender de la condición de nuestra salud, sin depender de como está la economía a nuestro alrededor. Es más, esos son los escenarios perfectos para Él mostrar Su poder y Su Gloria. Si, nuestra debilidad es el escenario donde El exhibe Su Grandeza.

Y pues, el cumplimiento de la promesa De Dios en sus vidas no fue instantáneo, 20 años pasaron en la vida de Isaac y Rebeca para recibir la respuesta a su oración. ¿Qué podemos ver aquí de nuevo mis santos? Repítelo conmigo, que Dios no tiene prisa.

Con estas historias no quiero decirte a ti (ni a mi tampoco) que nuestro anhelo por hijos (o más hijos como en mi caso), o por recobrar nuestra salud, o porque nuestro matrimonio se restaure o cualquier otra petición y anhelo se verá de la misma forma; miremos más allá de nuestros deseos, miremos el carácter De Dios, Él es fiel y es un Dios paciente. Nosotr@s por nuestra parte, somos impacientes hasta no poder mas. El estar acostumbrados a dispositivos electrónicos que nos permiten tener todo al alcance de un “click” o un “tap”, es decir en microsegundos, nos hace pensar que Dios debe responder de la misma manera. Y permiteme decirte que Dios no tiene tal prisa.

Nuestros planes; Su voluntad!

Yo recuerdo pregonar que a los 30 yo había tenido que terminar de parir todos MIS hijos, así en plural, de 3 a 5 muchachitos que eran el anhelo de mi corazón, por eso me case joven, para empezar la producción temprano, al menos eso decía yo. Y resulta que a los 30 fue que Dios abrió mi matriz, me embaracé y di a luz a los 31, jajajajaja. Me río porque mi vida tambien es un testimonio de que Dios no tiene prisa. Luego dije que cuando mi hijo cumpliera 2 años ya debía tener encargado el o los próximos, y pues ya mi hijo cumplió 3 y es nuestro único hijo por el momento. Por eso te digo que Dios no tiene prisa, nosotros hacemos nuestros planes, pero la voluntad De Dios prevalecerá.

Nosotros ahora conocemos la historia de Abraham y Sara, de Isaac y Rebeca y nos asombramos y damos gloria a Dios porque sabemos como termina su historia, pero a ellos les tocó vivir por fe, porque no sabían que acontecería en el proceso o como este luciría, ellos dependieron del Señor y la palabra que les había dado aunque ya vimos que estas no se cumplieron de forma instantánea. A nosotros también nos toca vivir por fe y creer en Su promesa un día a la vez, y esto no quiere decir que tu mi sant@ que esperas el milagro de un bebé o un milagro de sanidad o restauración o que yo que anhelo más hijos nos sean concedidos; quiere decir que encontraremos en el Señor nuestro deleite, confiaremos en Su promesa de que Él nos será suficiente y que si está dentro de Su voluntad para nosotros recibiremos respuesta a nuestra oración en Su tiempo. Claro que debemos seguir orando, pero también debemos depender de Él y hallar en Él gozo en medio de nuestros procesos y tiempos de espera.

Te repito, Dios no tiene prisa. Dios está más interesado en formar y transformar nuestro carácter y que en el hecho de “cumplir” nuestros deseos y anhelos. Te recuerdo el llamado que nos hace Su Palabra a ser pacientes en medio de nuestros procesos:

 Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte.
- Santiago 1:2-4

Y por ultimo te recuerdo, Él no responde tarde, Él responde a tiempo.

Pero, amados, no ignoren esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
- 2da Pedro 3:8-9

Confiemos en Su tiempo y permitamos que Dios ejercite la paciencia y dependencia en Él en medio de la espera. No sabemos si durará 20 años o 25 o 3 meses o 10 días, pero algo si es seguro: Dios es SIEMPRE digno de confianza; Él es fiel a Su pacto. Que estas historias que vimos hoy sean un recordatorio de ello.

Con amor en Cristo,
Lariely

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