Una espera que no desespera
Paciencia. Esta palabra no me causa mucho entusiasmo y siéndote honesta, no le agrada para nada a mi carne. Me gusta la rapidez, no me gustan las filas, las sillas en la sala del médico, tener que esperar que hierva el agua, no, no me gusta; me declaro una persona [muy] impaciente. Sin embargo, en la vida cristiana (y en la vida en sentido general) es de vital importancia la paciencia. Como te dije en la entrada anterior Dios no tiene prisa, y como Él está interesado en que reflejemos Su carácter [paciente] pues nos enseñará a través de Su Espíritu a cultivar este fruto.
Corazones impacientes
Ayer leía el Salmo 40 y fue un recordatorio del llamado que Dios me hace a esperar, y no solo a esperar, sino a hacerlo pacientemente. En esta tema de tratamientos de reproducción humana asistida, si hay algo que es lo constante en el corazón de la persona que los atraviesa, es la incertidumbre, la ansiedad y la impaciencia. Queremos ver resultados o queremos respuestas y las queremos YA. Queremos respuestas rápidas a oraciones desesperadas cuando el Señor más que contestar nuestras peticiones en el tiempo señalado por nosotros, nos quiere enseñar dependencia de Él y a confiar en Sus tiempos para nuestras vidas.
Les he dicho anteriormente que soy experta en hacer planes que lucen hermosos y prometedores en el papel, cualquiera exaltaría la minuciosidad de cada detalle que pudiera considerar. Cuando veo mi plan en el papel creo que se ve tan bien que el Señor colocará Su firma y sello de aprobación de inmediato, y como extra me felicitará por tan buen trabajo y haberle aligerado el trabajo de pensar por mi, porque al final ya hice todo por Él. Pero, ahí viene mi golpe frontal con la soberanía De Dios: Él sabe, Él ya conoce la historia, Él sabe las razones y yo no, y me recuerda:
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. - Isaías 55:8-9
Paz y ciencia
Y ¿qué tiene que ver esto con la paciencia? me preguntarás, y es que aprendemos a cultivar la paciencia cuando dejamos a Dios ser Dios y reconocemos nuestra incapacidad de controlar los resultados y por ende, aprendemos a depender de Él. He tenido una definición de paciencia, que no se de donde la saqué o donde la escuché y no crean que viene de algún diccionario bíblico de los idiomas originales. Digo que la paciencia es tener paz y ciencia; esa paz [pa] viene por conocer Quien es Dios [ciencia]; y no solamente conocer, sino reconocerlo como ese Dios poderoso y con planes buenos para nuestras vidas aunque nosotros no entendamos.
Volvamos al Salmo 40 que te comenté en un principio. Al leerlo Dios cautivó mi atención en detalles que anteriormente no me habia detenido a considerar y quisiera compartirlos contigo y que juntos podamos navegar en algunas porciones de dicho Salmo, te animo a que lo puedas leer completo.
Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. - verso 1
Algunas veces nos quedamos con este primer verso y al leerlo pensamos que si esperamos pacientemente será una garantía de que recibiremos la respuesta que esperamos a nuestro clamor. Tenemos que seguir leyendo para que podamos entender cual fue la respuesta a esta oración:
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. -verso 2
Y es esto último lo que muchas veces Dios hace en nuestra espera que desespera: enderezar nuestros pasos. Vemos que el nos rescata de nuestra desesperación, nos saca del lodo que no nos permite avanzar, pone nuestros pies en terreno firme y al tener nuestros pies en terreno firme, dirige nuestros pasos en la dirección correcta. Esto para que no caminemos conforme al plan que hemos escrito, decorado e impreso a color, sino conforme al Suyo, que mas que resultados terrenales nos proporciona resultados eternos.
Otro punto que considero importante que destaquemos:
Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. - verso 4
Algo que no nos ayuda en nuestra carrera de paciencia es la comparación; mirar a otros lo que nos ayuda es a cultivar lo contrario, la desesperación. Algunas veces pensamos que esto de la comparación es algo de este tiempo de la era de las redes sociales, pero mi sant@, no hay nada nuevo debajo del sol y en ese verso puedes darte cuenta. Lo que hace la diferencia es la declaración que David hace, es una desición con convicción , y esa decisión trae bendición: poner en el Señor tu confianza; no en los pasos uno dos y tres que te ofrece un post de Instagram o un video de tik tok para lograr un objetivo, no en compararte con otra persona y creer que lo que esa persona hace es lo que debes hacer tu para obtener los mismos resultados. No, la bendición viene cuando ponemos nuestra confianza en el Único que no nos decepcionará, Cristo.
En esta carrera no funciona declarar, visualizar, pisar o lo que se te pueda ocurrir que suene espiritual o bonito y que te pueda ayudar a lograr el objetivo, en esta carrera lo que funciona es confiar en Aquel que fue quien la diseñó y que ya sabe el resultado. Con esto en mente, con plena confianza y dependencia de Su buen plan, claro que podemos orar por los deseos de nuestro corazón y hasta pedirle que lo haga rápido, continuemos leyendo:
Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme. - verso 13
Creo que podemos ver el espíritu humilde con el cual David clama; el no viene con actitud altiva y desafiante, mas bien lo contrario, es como si dijera “Señor, espero que esté en Tu voluntad librarme y que por favor lo hagas rápido”. No esta mal expresar nuestros anhelos, pero debemos reconocer que es Él quien tiene la última palabra. Esto lo podemos ver en el último verso de este Salmo donde vemos a David reconocer, de que aunque el siga en medio de su dificultad el tiene un mayor tesoro, ser hallado en Dios, saber que Él es su ayudador y quien le dará la libertad a cada una de sus aflicciones:
Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes. - vs. 17
Persevera en la espera
Mi sant@ herman@, quiero recordarte que, Dios no es ajeno a nuestra aflicción. Él nos ve en medio de ella y podemos estar seguros que seremos libertados de todas las aflicciones que enfrentemos en nuestro peregrinar por esta tierra. Talvez no terminemos con un bebé en brazos como esperamos, pero terminaremos con algo mejor; nuestro buen Dios llamándonos a Su presencia y diciéndonos “bien hecho, buen siervo y fiel”. Que estas palabras nos basten para seguir caminando por fe y con paciencia, con nuestra mirada puesta en Él en medio de la incertidumbre de la espera.
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. - Romanos 8:18
Recordémoslo.
Con amor en Cristo,
Lariely

