Una invitación a “Soñar Pequeño”

Esta es un intento de reseña o de comentario del libro “Dream Small” de Seth Lewis, así que no esperes mucho, te lo explicaré en mis propias palabras, nada muy elaborado.

Este libro me lo comentó una de mis mejores amigas que le comentó un amigo, no fue una recomendación ni nada, pero me llamo la atención el título. Como de costumbre en mi procedí a descargar mi “sample” en Kindle y leí la muestra en un momento donde no estaba prestando atención a lo que leía; si, así como cuando tus ojos identifican las palabras, pero tu cerebro no procesa absolutamente nada, y dije “meh, lo leeré luego”. Por eso es importante el estado en el que estás cuando vas a leer, porque puede que te pierdas de una gran bendición por estar sumergido en una gran distracción.

En otro momento lo tomé, esta vez todo mi ser estaba prestando atención, y volví a leer desde el principio y pues ese mismo día compré el libro completo porque me cautivó. No entiendo como no pude entender nada, porque la verdad es un libro sencillo pero que transmite una verdad profunda. Creo que son de esos libros que debes proponerte leer por lo menos una vez cada 2 años, porque son verdades elementales que necesitamos recordar a nuestro corazón olvidadizo, orgulloso y egocéntrico.

He compartido varias frases del libro a través de mi instagram, pero eso es solo una minúscula parte de todo lo que este libro pequeño y “simple” tiene para enseñar. Y la verdad que en un mundo que nos empuja a soñar en grande, Seth nos invita apreciar el valor eterno que tiene soñar pequeño, que puede que suene absurdo a los ojos de un mundo que celebra los grandes logros, pero allí entran todas las enseñanzas de Jesús que ponen nuestro mundo ‘patas’ pa’ arriba’ de manera que podamos caminar como el demanda de nosotros, glorificándole a Él en todo por insignificante que parezca.

Seth, nos invita a dedicar nuestro tiempo, fuerza y recursos en nuestro corto tiempo en este planeta en las cosas que verdaderamente importan, por más pequeñas que sean.

“y a que tengan por su ambición el llevar una vida tranquila,
y se ocupen en sus propios asuntos y trabajen con sus manos,
tal como les hemos mandado;” - 1ra Tesalonicenses 4:11

Este verso ya lo tenía orbitando en mi cabeza desde hace casi un año, luego leí este artículo que me voló la cabeza y luego llegó este libro a rematar.
La verdad es que invertimos nuestros esfuerzos en cosas buenas, pero que quedarán de este lado del sol. Cuando deberíamos enfocarnos en sembrar con la vista en la eternidad y no solamente en este mundo pasajero. Buscando la afirmación de un Dios que te dirá “Bien hecho siervo fiel” y no de un mundo que (posiblemente) si faltas al otro día buscará relevo.

Y si, puedes tener éxitos aplaudibles a los ojos del mundo, o puede que estes sembrando semillas imperceptibles en tu hogar, pero en cualquiera de estos escenarios:
¿Donde esta nuestro corazón? ¿en darle gloria a Dios o en exaltarnos a nosotros mismos? ¿en quejarnos porque no es suficiente o deberíamos hacer algo mejor? ¿en velar por “crecer” aunque eso implique usar a otras personas como escaleras?

Lo importante aquí no es lo que hacemos, sino para Quien lo hacemos; esto no tiene que saltar a la vista ni ser aplaudido por lo demás, sino por Aquel que me ve y conoce cada intención de mi corazón; sea que dirija un impetuoso imperio o sea que dirija mi humilde hogar. El autor del libro refiere que:

“La manera de escalar el éxito a la manera De Dios es descendiendo en servicio a otros”

Porque cuando venimos a Cristo, todo cambia, incluyendo nuestros sueños. Ya no se trata de nosotros, se trata de Él. Nuestro valor no viene dado de nuestras acciones, sueños o lo que hemos alcanzado, sino por lo que Él piensa de nosotros. Y de repente, dice el autor, somos libres de la tarea imposible de soñar nuestro valor y significado por aquellas cosas que hacemos o alcanzamos, no necesitamos probar nuestro valor.

Asi que no desperdiciemos nuestra vida en alcanzar sueños que nos dejan vacíos, busquemos lo mejor, persigámosle a Él y seremos saciados para siempre.

Quiero concluir con dos cosas, uno, que leas el libro, y dos, algo importante que nos urge recordar en tiempos como este:

“…porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” - Lucas 12:15

P.D.: Lee el libro!

Con amor en Cristo,

Lariely

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